BANDAS DE CORNETAS Y TAMBORES
Nos ocupamos ahora de la historia de uno de los
géneros de la música cofrade, en esta ocasión para pasos de Cristo. Como su
nombre indica este tipo de formaciones se distingue por el uso principal de
cornetas normalmente afinadas en Do/Reb y en varias voces junto a un cuerpo de
percusión, si bien se han ido añadiendo nuevas cuerdas de instrumentos.
Este tipo de bandas son de origen marcial por lo que
no surgieron específicamente para acompañar procesiones, siendo en este caso
similar a las bandas de música. De hecho, la corneta y el tambor (con todos sus
precedentes históricos) podemos afirmar que son los instrumentos marciales por
excelencia. Se tiene constancia histórica de que bandas de tipo similar
existieron en tiempos de los Reyes Católicos y que la corneta aparecía como
instrumento asociado a lo militar en unas Ordenanzas militares del reinado de
Carlos III (siglo XVIII).
Dado este carácter militar de estas formaciones,
podemos deducir que en un principio la relación que distintos regimientos o
fuerzas militares con las celebraciones religiosas y más exactamente con
algunas hermandades propició que estas bandas comenzaran a acompañar a las
sagradas imágenes en sus desfiles procesionales.
Pero para encontrar un inicio de la música
procesional exclusiva para cornetas y tambores hemos de remontarnos a las
primeras décadas del siglo XX, más exactamente a 1911 cuando se funda la Banda de Cornetas y Tambores del
Real Cuerpo de Bomberos de Málaga. Aunque tratándose de un cuerpo civil, esta
banda fue organizada por el Comandante D. Joaquín Ramírez Luque, proveniente de
la Guardia Real
y también fundador de dicho Cuerpo de Bomberos.
Aunque ya desde sus inicios se podría decir que esta
banda participaba en la
Semana Santa malagueña, no será hasta los años 20 cuando se
forje en su seno el verdadero origen de la marcha procesional de cornetas y
tambores. Es ahora cuando llega a la ciudad D. Alberto Escámez López, músico
militar nacido en Linares en 1896 y que permanecería en Málaga hasta
aproximadamente mediados de los años 50, falleciendo en 1970. Y es creador de
la marcha procesional puesto que, si hasta ahora las bandas de cornetas venían
interpretando marchas militares de gran simpleza tras las imágenes sagradas,
Alberto Escámez fue el primero en componer marchas exclusivamente dedicadas a la Semana Santa , de
carácter procesional y con una novedosa estructura a 4 voces, nunca antes vista
hasta la fecha. Se desconoce exactamente cual fue la primera marcha que
compusiera, aunque según la historia oficial de la Banda , esta pudo ser Nuestra Señora de Consolación y
Lágrimas en el año 1922. Si
bien, no podemos olvidar un sinfín de marchas que hoy día forman obligadamente
parte del repertorio de todas las bandas, con títulos tan interpretados como Cristo del Amor, Virgen de la Paloma , Evocación, etc… Junto a Escámez citar de estos
momentos a otro compositor como es Pascual Zueco Ramos autor de marchas como Soledad de San Pablo.
Pero si el género nació en Málaga, ¿de qué forma
este llega a la ciudad de Sevilla de manera que su Semana Santa lo adoptó y lo
popularizara como propio? Gran parte de culpa tuvo la Banda de Cornetas y Tambores de la Policía Armada de
Sevilla, banda fundada en 1941 por el maestro Díaz, un militar retirado, y
sobre todo este traspaso pudo hacerse con ayuda varios músicos que conocieron
la actividad de la banda malagueña. Tras la Guerra Civil , Montoya
se enrola en el recién creado cuerpo de la Policía Armada de
Sevilla (los conocidos “grises”) y con la creación de su banda entra a formar
parte de la misma, pudiendo pues, haber implantado en ella las marchas que pudo
transcribir de Málaga. Estas marchas pasaron a formar parte, a veces incluso
con títulos y dedicatorias modificadas para “halagar” a hermandades sevillanas,
pero sobre todo la gran innovación vino dada en el plano musical con la
introducción de una 5ª voz de cornetas afinadas en Do/Sib para la
interpretación de los bajos. Es el inicio del conocido como Estilo de la Policía Armada y
que desde los años 50 conocería una gran difusión.
Pero no solo de préstamos vivía el repertorio de
esta banda. Uno de los citados músicos que pudieron contactar con la Banda de Bomberos fue Ramón Montoya Alegre, músico
nacido en la localidad malagueña de Humilladero (1892-1947) que en sus inicios mantuvo contacto
con la Banda de
Bomberos, guardando relación con Escámez y Zueco Ramos, cuyas marchas pudo transcribir
de primera mano. Pero además fue compositor, conociéndose al menos 6 obras
propias creadas según el estilo de Escámez adaptado a la Policía Armada ,
estando entre estas marchas como El
Cachorro, La Lanzadao Cristo de Humilladero (única que conserva su título
original).
Aunque fundada en los años 30 en el seno de los
famosos “Armaos”, la Banda
de Cornetas y Tambores de la
Centuria Romana de la Macarena toma su actual estilo con el que
fuera músico en la
Policía Armada Manuel Arellar, siendo la más fiel seguidora
del estilo Policía Armada, manteniendo intacta su estructura musical.
La otra banda citada, la Banda de Cornetas y Tambores
Nuestra Señora de la Victoria ,
popularmente conocida como Las
Cigarreras se funda en 1979
con un estilo “mixto” pues interpretaban marchas tanto del género de la Guardia Civil como
de la Policía Armada ,
pero en 1983, contando con la colaboración de Manuel Pardo (ex-músico de la Policía Armada ), la
banda cambia su estilo al de Cornetas y Tambores.
Otra banda a renombrar de los años 70 es la Banda de Cornetas y Tambores
Nuestra Señora del Sol, fundada en 1975 en el seno de la por entonces
Agrupación Parroquial de Nuestra Señora del Sol por el hijo del fundador de la
misa, Eusebio Carlos Álvarez-Ossorio y Rojas-Marcos.
Si en los años 80 hemos hablado ya de algún que otro
cambio, hay que referirse a esta década como la iniciadora de la época más
actual. Es ahora cuando comienzan las primeras grabaciones discográficas de
bandas, cuando comenzarán en este mundo alguno de los que serán grandes
compositores del género y supone la fundación en 1980 de la última gran banda
del estilo en la capital sevillana, la Banda
de Cornetas y Tambores Santísimo Cristo de las Tres Caídas en el seno de la Hermandad de la Esperanza de Triana,
cuya principal novedad fue la inclusión de cornetas Do/Reb abrillantadas, esto
es, afinada medio tono más alta, lo que le confieren una sonoridad muy
personal.
Aun así en los 80 seguirán predominando el tipo de
marcha y estructura musical de la Policía Armada.
Habría que esperar a finales de esa década para
presenciar novedades y sobre todo la gran explosión creativa de una nueva
generación de compositores en el seno de estas bandas.
De los primeros será José Julio Vera Cuder,
componente desde su fundación de las Tres Caídas, director desde 1987 y alma
mater de esta banda, a finales de los 80 firmaría algunas partituras siguiendo
un estilo más o menos clásico, destacando obras como Silencio Blanco o Conversión
del Buen Ladrón.
En la
Banda de las Cigarreras, ya a inicios de los 90, se produce
como novedad la inclusión de trompetas para dotar de más sonoridad a los bajos
en la interpretación de las marchas. Este hecho, que comenzará a dar libertad
instrumental al género (imitado y llevado en el futuro a límites casi
inimaginables), supone a la par una mayor libertad compositiva de la que se
valdrían dos de los compositores más innovadores: Bienvenido Puelles Oliver y Francisco
Javier González Ríos. Rompiendo con la estructura clásica de la marcha de
cornetas y ampliando horizontes con marchas como Réquiem o ¡Y
tú, Estrella! En el caso del
primero y Amor de Madre o Pasión,
Muerte y Resurrección el
segundo, en su día se ganaron los recelos de los sectores más puristas pero
abrieron la puerta a la innovación: las cornetas y tambores, tras casi 50 años,
continuaban evolucionando.
En estos inicios de la década destacan también las
marchas de Manuel Esteban
Martín y Francisco Japón para la Banda del Sol, siguiendo en
parte las novedades de Puelles, con títulos como María o Beso
de Judas y Como un clavel o A
Ti, respectivamente.
La senda a la innovación ya estaba abierta, y en la
segunda mitad de los 90 e inicios del nuevo siglo continuará la creación de
estos autores a los que se unirán nuevos valores.
En Cigarreras sobresale la figura de Pedro Manuel Pacheco Palomo,
multifacético y prolífico compositor que en estos años da a Cigarreras marchas
como En tu Buena Muerte, Sobre los pies te lleva Sevilla o Costaleros
del Soberano.
En Tres Caídas, es la época de esplendor de esta
banda coincidiendo con las composiciones del tándem formador por los
compositores Rafael Vázquez y
José Manuel Reina. Es a inicios de la década de 2000 cuando esta banda
aumenta su plantilla instrumental con la incorporación de bombardinos de marcha
y fliscornos, rearmonizándose composiciones anteriores y añadiéndose nuevas por
estos compositores, con títulos tan destacados como Llora María, Santa Cruz,
Al Cielo el Rey de Triana, etc…
Además aparece la joven figura de Israel Jiménez Chozas, que ya
en temprana edad firmaba Tres
Caídas de Esperanza, pero que continuaría con marchas como Esperanza Gitana o Mi
vieja Triana.
Este joven compositor, a inicios de la década de
2000 pasa a formar parte de la dirección musical de la Banda del Sol, siendo
iniciador de la nueva etapa de esta banda donde destaca otro joven compositor, Juan Manuel Fernández Carranza,
cuya marcha más conocida, Bendición,
resume las características de la nueva Sol.
En los 90 es además el auge y primer esplendor de
una banda de la provincia, cuyo estilo, entonces considerado muy atrevido y
caracterizado por la potencia de sus cornetas y el uso pronunciado de elevados
agudos y cadencias cada vez más rítmicas. Nos referimos a la Banda de Cornetas y Tambores
Nuestro Padre Jesús de la
Presentación al Pueblo de Dos Hermanas, cuyo estilo
estará definido por 4 compositores: Francisco
José Martínez Pérez (Ecce
Homo, Presentación,...), Raúl Rodríguez Domínguez (Madre, Amor, Corneta y Costal,…)
y sobre todo el tándem Isaac
M. Gómez y Jorge Águila cuyas
composiciones, aun siguiendo una línea como la de los anteriores, tenderán a
ahondar más en su estilo característico, con títulos como La Valiente , A la Triana Costalera o Triana
te corona entre otras.
Llegamos así a la que podríamos considerar la última
etapa, hasta hoy, de la música de cornetas y tambores, los años finales de 2000
y la nueva década que acabamos de comenzar. En la actualidad, la ampliación
instrumental ha llegado a límites antes insospechados como la inclusión de
trombones, bombardinos e incluso tubas y trompas a la plantilla de este tipo de
bandas que, al menos en instrumentación, apenas difieren ya de las Agrupaciones
Musicales.
Es además una época donde los gustos populares y
modas se enfrentan a la par a una cada vez mayor formación musical de los
compositores, lo que está dando un contraste entre marchas de calidad y marchas
populares, aparte de un volumen cada vez mayor de nuevas composiciones que en
ocasiones llegan a saturar el “mercado”.
Citar nuevos compositores, a sumar a los
mencionados, como:
Manuel Alejandro González Cruz:
actual director musical de Tres Caídas, sus marchas se mueven entre una
evolución musical hacia nuevas formas con piezas como La Pasión o El Sueño de los Despiertos, que
se unen a marchas de cadencias extremadamente flamencas que se han convertido
en muy populares entre el público más joven y menos especializado con títulos
como Ahí Queó o Mi Madrugá. A él unir otra joven promesa en esta
banda como es Francisco Ortiz Morón, con marchas como Señor, acuérdate de mí.
En Cigarreras, a pesar de contar con un cuerpo de
compositores de primera línea que ya han sido mencionados, podemos sumar la
obra de David Álvarez García,
con obras como La trabajadera
de metal o Soberano en Getsemany.
Compositor de gran actualidad es también Manuel Jesús Guerrero Marín,
actual director musical de la
Presentación al Pueblo de Dos Hermanas, es creador de marchas
muy rítmicas y aflamencadas que han calado pronto entre los aficionados de esta
banda. Títulos como Aire para
mis Penas, La Luz
que guía a Triana, Una vida de Esperanza o El Refugio de una Madre dan buena cuenta de ello.
Como coautor de esta última marcha citada aparece Sergio Larrinaga Soler, músico
gaditano, director musical de la que es quizás la Banda en auge de estos
últimos años, la Banda de
Cornetas y Tambores Nuestra Señora del Rosario de Cádiz. Banda iniciada en un estilo
seguidor del de la
Presentación al Pueblo, de la mano de este compositor ha
tomado un sello propio y original. Marchas como Gitano tu eres…de Santa María o En
tus sones mi inspiración son
ejemplos de este compositor y esta banda. También en la actualidad, están
surgiendo destacados compositores incluso fuera de nuestras fronteras
andaluzas, destacando en este caso el leonés Nicolás Turienzo Robles director musical de una de las más
destacadas bandas castellano-leonesas como es la Banda de la Victoria de León pero que
también ha compuesto para grandes bandas andaluzas como las Cigarreras. Su
marcha Sagrado Decreto ha supuesto una inmejorable carta de
presentación ante los aficionados andaluces.
No cabe sino terminar esta historia dejando una
puerta abierta al futuro de un género que, tras cumplir recientemente los 100
años de vida, continúa a la búsqueda de innovaciones y nuevas vías de
expresión, si bien corremos el riesgo de estar con ello abandonando la senda
original y llegando a extremos de los que luego sea difícil retornar.
Autor: Blogspot
"Pasión entre dos Ríos"