AGRUPACIONES MUSICALES
Culminamos nuestro periplo por la historia de los
grandes géneros musicales de nuestra Semana Santa con el de más reciente
creación, pero no por ello el menos importante. El otro género para pasos de
Cristo y que recibe el nombre de Agrupaciones Musicales o Bandas de
Viento-Metal y Percusión, nombre este debido a su estructura musical que, si
bien al igual que la de las cornetas y tambores ha variado, se suele componer
de un cuerpo de cornetas usándose según la marcha tanto la afinada en Do/Sib
como la Do/Reb (si
bien algunas bandas vienen usando la de dos o tres pistones en sustitución de
alguna de ellas), un cuerpo de trompetas en una o varias voces, y una cuerda de
bajos formada generalmente por trombones, bombardinos y tubas (si bien,
dependiendo de la formación algunas llegan a añadir hasta fliscornos y trompas)
y por supuesto una percusión que
cuenta con cajas, tambores de gran parada, bombos y platos.
Nos encontramos ante el primer género creado
exclusivamente para la
Semana Santa, si bien es innegable que cuente con
antecedentes marciales y sobre todo, en cuanto a la instrumentación, guarda
semejanzas con las denominadas brass
band o wind ensemble, formaciones de
viento-metal y percusión surgidas en el siglo XIX en la zona de los Balcanes,
Islas Británicas y Norteamérica (especialmente en Nueva Orleans) y que cuentan
con gran tradición en la actualidad especialmente en países anglosajones.
Sin embargo, el nacimiento y el concepto de la Agrupación Musical
cofrade es completamente distinto.
Remontarnos a los años 40 del siglo XX, cuando se
funda en Sevilla la Banda
de Cornetas y Tambores de la 2ª Comandancia Móvil de la Guardia Civil
radicada en el Cuartel de Eritaña. Surgida en inicio como vemos en el estilo de
cornetas, una década más tarde la llegada de un músico onubense, el subteniente D. Juan José Martín Martín,
supone una revolución musical, ampliando la instrumentación de la banda, añadiendo
a las cornetas y tambores, en una especie de híbrido con las Bandas de Música,
instrumentos como trompetas, trombones, saxofones, flautas dulces, xilófonos e
incluso gaitas (al parecer por la presencia de algún gallego en las filas de
este cuartel). Nace así este género que en inicio no recibiría más nomenclatura
que simplemente el de banda, la Banda
de la 2ª Comandancia Móvil de la Guardia Civil del Cuartel de Eritaña de Sevilla.
El repertorio de esta banda pronto se adaptaría a las necesidades instrumentales
y será el propio subteniente Martín quien compusiera las primeras marchas del
estilo que, desde entonces, tomaría el nombre del Estilo de Eritaña: marchas de
gran simplicidad armónica, monódicas y con una estructura definida A-B-A (con
una introducción, desarrollo a veces con solo y repetición de la introducción)
que será el patrón que definirá la marcha clásica. Se considera como la primera
marca en este estilo la pieza Saeta que Martín compondría tal vez en los
mismos años 50, pero habría que unirle títulos como Estrella, Presentación, Cristo de la Buena Muerte, etc…
Pero si citamos al maestro Martín en el campo de la
creación, no menos importante fue su labor en el de la adaptación: un género
diferente implicaba aires diferentes o al menos eso pareció captar el
subteniente que, junto al brigada Durán Palacios, se encargo de iniciar una
serie de adaptaciones, siendo quizás su principal acierto y su mayor herencia
para el futuro el comenzar a adaptar cantos
litúrgicos a marcha
procesional, estando entre los más famosos su adaptación del Perdona a tu Pueblo, del salmo
de Miguel Manzano Alma Mía o de La Salve, marcha esta
curiosa pues, además del canto del Salve Regina, incluía un fragmento de la
sardana catalana Nit de Llampecs, no siendo la única sardana que adaptó puesto
que también encontramos una adaptación de La Santa Espina.
En 1975, ante la decisión de que todas las bandas de
cuerpos militares dejaran de acompañar procesiones, la Banda de Eritaña desaparece
del panorama cofrade, sin embargo la semilla ya estaba plantada.
El testigo de Eritaña sería recogido por otro músico
militar de una pequeña localidad llamada Arahal.
Su nombre era Manuel Rodríguez
Ruíz, nacido en 1940, funda en el año 1964 en su pueblo natal una banda
llamada Agrupación Musical
Santa María Magdalena.
Fue Manuel Rodriguez quien definiría el concepto actual de Agrupación Musical:
-En primer lugar, atraído por la música de la Banda de Soria 9 (que era
una Agrupación de Infantería), decide bautizar el género de Eritaña con el
nombre de Agrupación Musical para distinguirlo así definitivamente.
-En segundo lugar, con él se comienzan los cambios
de instrumentación, sumando en inicio la corneta Do/Sib a la tradicional Do/Reb
y la Do sin llave,
corneta para la que compondría todas sus marchas.
En la composición, siguiendo el esquema de marcha
clásica de Eritaña, Manuel Rodríguez crearía un estilo compositivo que afianzó
ese concepto clásico, pero alejándose poco a poco de los orígenes marciales de
esta música y creando formas o adoptando otras de las Bandas de Música como la
mayor presencia de los trombones y sobre todo, una de sus más grandes
herencias, el denominado “ritmo” en la percusión. Con este estilo, firma en
1969 la que podemos considerar su primera marcha: Alma de Dios. Marcha casi
indispensable, Alma de Dios es una marcha que más bien responde a una
estructura cuatripartita: el inicio y el final recuerdan rasgos marciales con
una melodía en tonalidad de Do mayor, pero a esa introducción le sigue lo que
en realidad es una adaptación de la “Canción húngara” de la zarzuela Alma de
Dios compuesta por el maestro Serrano. A esta melodía le sigue un pasaje con
ritmo en la percusión que parece ser de invención del compositor. Pero no cabe
duda que esta marcha puso unos cimientos sobre los que construiría muchas de
sus marchas con títulos tan reconocidos como Virgen
de las Angustias, Salud de San Bernardo, Cristo de San Julián,…
Además de en la composición propia, Manuel Rodríguez
tomó el testigo del subteniente Martín en la adaptación de cantos litúrgicos,
encargándose de llevar a plantilla de metales cantatas y obras de Johan
Sebastian Bach como La Pasión según San
Mateo, La Redención
o Jesús tus profundas heridas, junto a otros cantos como Cantemos al Amor de los Amores, Tantum Ergo o Christus
Vincit.
La desaparición en los 70 de las bandas de la Policía Armada y de
Eritaña supusieron el ascenso de la banda de Arahal que pronto fue muy
apreciada en la Semana
Santa sevillana y en la década de los 80 sus pasos imitados
por numerosas bandas que, o bien se fundaron en este estilo o bien pasaron del
de cornetas a este (y todo ello a pesar de que las Agrupaciones Musicales
comenzaban a estar mal vistas por sectores más conservadores de la prensa).
Una de estas bandas sería la, en inicio, llamada
Banda de los Dolores y Misericordia, posteriormente Agrupación Musical Nuestro Padre
Jesús Despojado de sus Vestiduras de Sevilla. Fundada en el seno de la
citada hermandad sevillana en 1980, fue fiel seguidora del estilo Eritaña y
Arahal, si bien entrados los 80 comienza a eliminar algunos instrumentos de su
estructura, quedándose con los de viento-metal, dando una mueva vuelta de
tuerca al afianzamiento del estilo. Ya desde primer momento comienzan algunas
composiciones propias de mano de autores como Gualberto
García Pérez (Jesús
Despojado, Pregonero,…), Luis J. Lancharro (Sed de Nervión, Virgen de
las Lágrimas,…), siguiendo una estructura clásica, pero ante todo, la banda
empieza a despuntar en el terreno de la adaptación especialmente de la mano de Antonio Amodeo Ojeda quien ampliará el número de cantos
añadiéndose adaptaciones de cantos de autores como Francisco Palazón (Salud y
Refugio, Cristo de la
Expiración,…). A él se une un joven que ya venía de
destacar con sus composiciones en la Banda
de las Angustias de la Hermandad de los Gitano
con temas como Jesús Cautivo, Lignum Crucis o Santo Sudario: hablamos de Antonio Velasco Rodríguez quien comienza a realizar entre los
años 80 y 90 una serie de adaptaciones de temas musicales no litúrgicos pero sí
de temática religiosa, entre otros, el Ave
María de Ennio Morricone,
algunos temas del grupo Cantores de Híspalis como Nazareno y gitano o Padrenuestro,
y ante todo, uno que marcaría un hito: La Saeta.
La labor de esta banda y estos autores continúa en
la década de los 90:
Antonio Velasco compondría marchas de gran calidad y
cada vez más innovadoras como Virgen
de la Luz, Cristo de los Gitanos o Cristo
de los Favores, pero en 1991 marcaría un nuevo punto de inflexión con su
marcha Consuelo gitano: inspirado en la marcha Soleá, dame la mano de
Font de Anta, Antonio Velasco se separaría aquí de la estructura clásica de la
marcha de Agrupación Musical e incorporaría elementos y cadencias del flamenco, abriendo una
nueva puerta a la innovación.
Esta senda fue seguida por el tándem Juan Luis del Valle Pérez y
Francisco José Carrasco, ambos trombones de la ya llamada Agrupación Musical Virgen de los
Reyes, que ahondarán en los ritmos y formas del folclore, llegando en
ocasiones a introducir compases ternarios como el 6/8 en sus marchas,
destacando títulos como La
clámide púrpura o Aurora de Resurrección.
Los inicios de los 90 supone además la proliferación
de nuevas agrupaciones y autores, tanto en Sevilla como en su provincia.
En los pueblos destacarán dos bandas:
Una de ellas, la Agrupación
Musical Nuestra Señora de la
Estrella de Dos Hermanas de la mano de José Manuel Mena Hervás y de su director Antonio José
Mejías López crearía un
estilo muy característico, destacando la introducción de una nueva corneta, la
corneta de dos pistones, para interpretar sus marchas, destacando las
composiciones del primero con marchas de gran calado como ¡Oh, Bendita Estrella! o He
ahí Jesús.
La otra sería la Agrupación
Musical Santa Marta de La
Algaba donde
surge la figura de Manuel
Herrera Raya, compositor muy innovador, a veces adelantado a su tiempo, en
el uso de nuevas armonías sobre todo, creará un estilo muy sorprendente con
títulos como Fons Vitae o Transitus
Domini.
En la capital es también el surgimiento o auge de
nuevas agrupaciones:
Entre estas la Agrupación
Musical Nuestro Padre Jesús de la
Redención, que aunque nacida en 1978 en la Hermandad del Juncal, no
sería hasta 1986 cuando pasó a su hermandad actual. En estos años 90 es además
el inicio como compositor del que es su director y alma mater, Emilio Muñoz Serna, cuyas
marchas de esta primera época se distinguirán por una estructura muy definida.
Señalar marchas como Rocío del
Cielo, Señor de San Román o Señora
de Sevilla, Macarena.
También se funda, o mejor dicho se refunda, la Agrupación Musical Nuestra Señora
de la Encarnación en el seno de la Hermandad de San Benito, siendo su principal
compositor e iniciador de su estilo Antonio
José López Escalante, destacando marchas como Jesús Sacramentado o la más tardía Presentado a Sevilla.
La segunda mitad de los 90 sigue la misma tónica en
Sevilla, pero en Córdoba, la Agrupación
Musical Nuestro Padre Jesús de la
Redención con su disco ¡Estrella! revolucionaría en 1996
la marcha procesional, mezclando brillantes composiciones de Mena Hervás como Oración o Nazareno de la Trinidad, pero
suponiendo a la vez el debut en el género de Francisco Javier González Ríos quien ya de entrada firma dos
marchas muy innovadoras: ¡Estrella! y Al
Cristo de los Faroles, marchas rompedoras en cuanto al tratamiento rítmico
y armónico.
Con el siglo XXI, en el primer lustro supone no
muchas novedades en Sevilla capital, salvo la incorporación de la Agrupación Musical Nuestro Padre
Jesús de la Salud de la Hermandad de los Gitanos, con dos
compositores como Ángel Manuel
Cebrero Miranda y Jesús Gómez Rodríguez al frente que darían lugar a un estilo
con mucha fuerza y racial donde la predominante presencia de la corneta era su
sello distintivo, visible en composiciones como Al Dios Moreno, Soleares de
Triana, Señor de la Madrugá,…
Sin embargo, estos años supone más bien el alza de
varios compositores que verán repartida su obra por numerosos puntos de la
geografía.
Mencionar en Sevilla a Pedro Manuel Pacheco Palomo con marchas como Mi Cristo de Bronce o Junto
a la Aurora que supondría una primera incursión en
el género que con los años daría lugar a más colaboraciones, especialmente con
bandas como la Agrupación
Musical de los Polillas de Cádiz.
También en Sevilla y muy ligado a la Agrupación de San
Benito aparecen las marchas de Francisco
David Álvarez Barroso con
títulos como A los pies de Sor Ángela, Expiración en Triana o Gran Poder en tu
Merced que redefinieron el estilo de su banda.
En Dos Hermanas, en 1996 un joven llamado Nicolás Miguel Barbero Rivas firma con tan solo unos 17 años Reo de Muerte marcha rompedora y de un carácter
especialmente solemne con el que daría cuenta de su capacidad creativa. Dos
años después crea Sangre en
tus Clavos, la considerada por muchos como la primera marcha fúnebre para
Agrupación Musical, y con el inicio de la nueva década vendrían títulos de una
calidad incuestionable como Triunfo de tu Santa Cruz o Señor
de San Basilio.
Mientras, en Morón
de la Frontera,
otro joven compositor José
María Sánchez Martín dota a
su Agrupación Musical, la del Nazareno
de la Fuensanta,
de un nuevo estilo donde la corneta cobra independencia de la voz principal de
las trompetas. En estos primeros años firma algunas composiciones como Vera Cruz o Tu
Saeta y, si bien el estilo no
cuajó en un inicio pronto sería seguido e imitado.
Es con este panorama como llegamos al último lustro
de la música para Agrupaciones Musicales, donde el centro de atención comienza
a desviarse cada vez más de una Sevilla que parece vivir de rentas del pasado.
Entre otras, la Agrupación Musical
Virgen de los Reyes y las composiciones de su asesor musical Miguel Ángel Font y últimamente las de este junto a Manuel
Jesús Guerrero Marín han
seguido ahondando en los ritmos y cadencias flamencas en un estilo que está
siendo tan amado por los seguidores de esta formación como denostado por la
crítica. Ejemplos en marchas como Al
compás de la Laguna, Caminando van por tientos en la Madrugá o las más recientes Despojado o Sevilla
en Primavera da muestra de
ello.
En Redención de Sevilla, la nueva etapa compositiva
de Muñoz Serna ha dejado títulos como En
tu Caminar, Madrecita del
Espino o Bajo la luz de tu mirada sin que ello suponga un excesivo
revulsivo ni una drástica evolución respecto al pasado, características que tal
vez se vieron mejor en las marchas de Alejandro
Moreno (Lemá Sabachtani, Madre de la Merced,…) o tal vez más
en las recientes de los hermanos
Jiménez Cabeza (Barrio de la Salud,...).
En la
Encarnación, el estilo San Benito se ha visto continuado con
las marchas de Javier Calvo
Gaviño (Costaleros de Fé,
Por Amor Cautivo,…).
En cambio, la nueva época de la Agrupación de los
Gitanos ha iniciado una nueva andadura con Pedro Pacheco al frente, siguiendo
un estilo diametralmente opuesto al anterior, novedoso pero no en exceso.
Sin embargo en otras provincias, las innovaciones y la
aparición o valoración de nuevos compositores de una gran capacidad creativa y
técnica están haciendo dar un salto de calidad y una evolución por derroteros
antes no explorados:
En Cádiz,
la Agrupación
de los Polillas con autores como Pedro Pacheco, José María Sánchez Martín o
Manuel Herrera Raya.
En la provincia de Jaén,
señalar dos bandas con nombre propio:
- Agrupación
Musical Nuestro Padre Jesús Despojado de Jaén: destacar las atrevidas
composiciones de José María Sánchez Martín con marchas como Al compás del Amor, …, Y Expiró el
Hijo de Dios, Despojando tu Amargura,… a
las que unir otros autores como Pedro Pacheco, Antonio Moreno Pozo, etc…
- Agrupación
Musical Nuestro Padre Jesús de la
Pasión de Linares: es quizás la banda que más está
definiendo esta nueva etapa, especialmente con las espectaculares y sublimes
composiciones de Nicolás Barbero, capaz de moverse entre marchas de un carácter
fúnebre y sentimental como Lloras
en tu Soledad hasta
marchas de gran fuerza como Atado
a la Columna,
y todas ellas con una intensidad religiosa y una fuerza evocadora tremendas.
Finalmente en Córdoba,
la Agrupación Musical Nuestro
Padre Jesús de la Redención ha continuado con una línea apostando
por compositores de gran calidad y nuevos talentos, destacando el que en los
últimos años está siendo el compositor estandarte de esta banda como es Antonio Moreno Pozo,
considerado junto a Barbero, de los mejores compositores del género.Desconsuelo, O Redentor, Mi Niña gitana,… dan buena
cuenta de ello. A él unir un compositor “de la casa” como es Jesús Lora Vaquero, con marchas
como Angustias de María o Silencio
ante Herodes.
No podemos tampoco concluir aquí esta historia:
muchos son los compositores que en la actualidad están experimentando gran
nivel y proyección, sumando a los nombres mencionados otros como Sergio
Larrinaga, Alejandro Blanco, Nicolás Turienzo, Cristobal López Gándara,…
Nombrar también a modo de epílogo la reciente
apuesta de la Banda de Metales
Santa Cecilia de Sevilla de
la mano de Jorge Valera Ledo,
director musical, que aun dentro del estilo de Agrupación Musical, ha querido
llevarlo a otro nivel en un proyecto que aun espera su futuro.
Un futuro de un género, que al igual que los otros,
ha comenzado a mantener ese eterno debate entre calidad y modas, y que, al
igual que dijimos en cornetas y tambores, no sabemos si nos llevará en una
dirección alejada de los inicios, si bien la cada vez mayor formación técnica y
la aparición de buenos compositores parecen marcar tal vez más luces que
sombras para lo que pueda venir.
Autor: Blogspot "Pasión entre
dos Ríos"